miércoles, 8 de agosto de 2012

Calma Tu Sed



Que el Dios de Paz, de Luz y de Amor derrame abundantemente de ese Manantial de agua viva que es Él y seas Bendecido todos los días de tu vida cada vez que bebas ¿Tú sabes lo que es la sed física?

Deja de beber líquidos haber qué pasa. Un sin fin de reacciones terribles no tardarán en manifestarse. 
Si privas tu cuerpo de los fluidos necesarios, tarde o temprano éste te lo hará saber y quiera Dios no sea tarde y estés deshidratado, por no beber agua

 ¿Tú sabes lo que es la sed física?
Deja de beber líquidos haber qué pasa. Un sin fin de reacciones terribles no tardarán en manifestarse. 
Si privas tu cuerpo de los fluidos necesarios, tarde o temprano éste te lo hará saber y quiera Dios no sea tarde y estés deshidratado, por no beber agua. 

*¡¡Priva a tu alma del agua espiritual, y ella también te lo dirá.!! 
Los corazones deshidratados envían mensajes desesperados a saber:  
Temperamentos irritados. 
*Olas de preocupación. 
*Culpa y temor crecientes. 
*Desesperanza. 
*Resentimiento. 
*Inseguridad. 
*Insomnio. 
*Soledad. 
Esas son señales y advertencias, síntomas de una sequedad en lo más profundo del ser. 

*¿Cómo y donde hallamos agua para el alma? 
"En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva…Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en Él" Juan 7:37 

la voz de Jesús. Lo vemos, cuando Pedro pidió auxilio en el mar tormentoso, el endemoniado grito misericordia. Y el hombre ciego dio voces al clamar por su vista.
No fue un simple murmullo. Dios hizo tronar el martillo del cielo. 

Asegura el Señor, que del interior de todo aquel que en Él cree, una vez que haya recibido el Espíritu Santo, correrán ríos de agua viva. (Juan 7:37-39)

Y según declara la Palabra de Dios, del único lugar del que debía salir un río de agua viva es del futuro Templo de Jerusalén. Zacarias14:18; Apocalipsis 22:1-2

Pero resulta que, (según la Palabra de Dios) una vez que el Espíritu Santo viene a morar en nosotros, llegamos a ser, Templo de Dios. 
1Corintios 3:16; 1Corintios 6:19

Y que para que corran de nuestro interior esos ríos de agua viva, de los que hablaba el Señor Jesucristo, tenemos que ser semejantes en todo, al “Templo de Jerusalén” según nos da a conocer todo lo relacionado con él, la Palabra de Dios, a saber: la santidad, la alabanza, la adoración, la bendición, la dedicación, la justicia, el servicio, etc., era lo habitual; estando ocupados y dedicados a ello, todos los sacerdotes y levitas, las 24 horas de cada día, para exaltar y glorificar el nombre de Dios.

Así que llegué a entender, que no se trata de cómo creer en Jesús, para que de nuestro interior corran ríos de agua viva, sino que, (como ya sabemos) al creer en el Señor Jesucristo se recibe el Espíritu Santo, y este, nos transforma en Templo de Dios, tal como dice la escritura, y al ser Templo de Dios, toda la actividad anteriormente mencionada, que se realizaba diariamente en el Templo de Jerusalén, debe estar presente en nuestras vidas; para que sin ningún tipo de esfuerzo por nuestra parte, y de manera natural, broten de nuestro interior ríos de agua viva que corran libremente.

Agua viva que será de bendición, para pueblos, ciudades y naciones de toda la Tierra.

Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar. Habacuc 2:14

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