Jesús vuelve para recibir a una iglesia gloriosa, una iglesia santa y sin mancha, sin arrugas (Efesios 5.27). El Señor esta buscando a personas de corazón puro (Juan 4.23). Debemos desear y procurar la pureza del corazón, porque es la voluntad de Dios (1 Juan 3.3).
La pureza, no es una característica natural. Es algo que requiere de un proceso de limpieza (Juan 15.2). Este proceso es a veces doloroso, porque es necesario remover las cosas inútiles, mientras se retienen las cosas de valor.
Para quitar las cosas malas, sin dañar las de valor, se necesita un experto—¡y nuestro Dios es un experto! (Malaquías 3.3). Él nos cuida, y cuando se están extrayendo las impurezas, Él se asegura de que no se pierdan las cosas buenas en nosotros.
Permitir que Dios haga esto en forma profunda exige un compromiso grande. No es siempre agradable enfrentar las verdades que Él desea comunicarnos. Pero debemos darnos cuenta de que la verdad no afectara nuestras vidas si no estamos dispuestos a enfrentarla, aceptarla, y dejar que nos transforme.
¿Estas dispuesto a pagar el precio para tener pureza en tu vida; pureza de motivaciones, pensamientos, actitudes, palabras, y acciones?
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. JEREMIAS17:9
Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. JEREMIAS17:9
Recuerda, los que son puros de corazón serán bendecidos y solo ellos podrán ver a Dios
Haz esta oración si Dios ha hablado a tu corazón a través de esta pequeña meditación.
“Dios mio, someto mi vida a ti. Me comprometo a enfrentar tu verdad y a permitir que me transformes. Ven a mi corazón te entrego mi vida. En el nombre de Jesús ¡amen!
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