1° Samuel 1:9
Y Ana oró y dijo:
Y Ana oró y dijo:
Mi
corazón se regocija en Jehová,
Mi
poder se exalta en Jehová;
Mi
boca se ensanchó sobre mis enemigos,
Por
cuanto me alegré en tu salvación.
No
hay santo como Jehová;
Porque
no hay ninguno fuera de ti,
Y
no hay refugio como el Dios nuestro.
No
multipliquéis palabras de grandeza y altanería;
Cesen
las palabras arrogantes de vuestra boca;
Porque
el Dios de todo saber es Jehová,
Y
a él toca el pesar las acciones.
Los
arcos de los fuertes fueron quebrados,
Y
los débiles se ciñeron de poder.
Los
saciados se alquilaron por pan,
Y
los hambrientos dejaron de tener hambre;
Hasta
la estéril ha dado a luz siete,
Y
la que tenía muchos hijos languidece.
Jehová
mata, y él da vida;
El
hace descender al Seol, y hace subir.
Jehová
empobrece, y él enriquece;
Abate,
y enaltece.
El
levanta del polvo al pobre,
Y
del muladar exalta al menesteroso,
Para
hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor.
Porque
de Jehová son las columnas de la tierra,
Y
él afirmó sobre ellas el mundo.
El
guarda los pies de sus santos,
Mas
los impíos perecen en tinieblas;
Porque
nadie será fuerte por su propia fuerza.
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